Diana de Poitiers nace el tres de
septiembre de 1499 en el castillo de Daint-Vallier en la región de Rhone-Alpes.
Su padre era Jean de Poitiers, conde se Saint-Vallier y vizconde de Estoile, su
madre Jeanne de Batarnay.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHDw2jHCGw0syT4H17u-ZYCFWKvN-VzNgDxfsyfUvyQR797axvfP2Bz1JdCMShJXEe9SWQvnLELlWfMJzPwFEiBboW8bzddW4WnWiUxeDQce1o8ouzvZWNNEIZdjOibUgA2sUmKckXfbK7/s320/6.jpg)
Diana de los seis a los catorce
años recibe una educación esmerada, así como aprende a cabalgar y a cazar. A
los seis años ya tenía su propio halcón y además fue dominando a todos los
animales que tenía su padre en las caballerizas. Siempre llevaba una máscara de
terciopelo negra para proteger su rostro y evitar golpes de las ramas mientras
cabalgaba. La práctica de montar a caballo era diaria, lo que le hacía
mantenerse siempre en plena forma física.
Diana se casa, el seis de abril
de 1515, cuando solamente tenía quince años, con Luis de Brézé, que tenía
entonces 54 años y poseía los títulos de Gran Senescal de Normandía, conde de
Maulévier, vizconde de Bec-Creespin y de Marny y también señor de Anet. Luis de
Bréze era hijo de Carlota de Valios, que era hija bastarda dl rey Carlos VII de
Francia, y en consecuencia era nieto del rey.
Este casamiento hace que Diana
juegue un papel destacado en la corte del rey Francisco I. Su belleza no pasa
desapercibida para el rey, pero la gran reputación moral que contaba, hizo que
el comentario que puso bajo el retrato de Diana “Bella para mirar, honesta para
conocer”.
El matrimonio entre Diana y Luis
duro dieciséis años y a pesar de la diferencia de edad, ésta lo amó y
siempre
lo respetó. Fue a finales de 1531 cuando quedó viuda. Fruto de este matrimonio
fueron sus dos hijas Francisca y Laura las cuales fueron casadas con nobles de
su altura, los condes de Guisa católicos y con gran poder político.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjz2mSaB4ntNr5L0U0GwAn9yN0afeO5NxUYMWrAzbk6P15OQX2rYZiRIDewFM76yBmNv0bZtrac030EbTRXN26R__xg6FoBQfujyQ6qPzRBeCwYyJYCLa0Frag7hPHuiSJWRUZQimkU2i2C/s320/2013102018500146123.gif)
Dentro de su matrimonio con Luis
cabe mencionar el año 1524, donde el padre de Diana Jean es acusado de
complicidad en la traición del Condestable III de Borbón, que era hijo de Ana
de Francia. Su padre es condenado al
cadalso. Sin embargo el rey Francisco I le perdonó la vida, debido a la
influencia de su marido Luis de Brézé con el rey. Su padre acabó encerrado en
la fortaleza de Loches donde fallecería.
Diana de Poitiers tuvo una gran
influencia en la corte francesa, siendo dama de honor de Claudia de Francia,
que era reina consorte y duquesa de Bretaña. Posteriormente, fue dama de honor
de Luisa de Saboya, duquesa de Angulema y Anjou, que era la madre del rey.
Terminó como dama de Leonor de Austria, que era reina consorte de Francia.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2awghsXi9pSbIlLJtBYSRDlBAQoVbtiBegwekkabPRYKvOmjOpX2xF9idu2n0Yjoj9oHk47732s55RHaBK0MVaGiivg65MtmSjSLCb3adYbXub5ZTWHEP9pf-wE8UVMM0r0lsqif8SjR-/s320/DianedePoitiers.jpg)
Podemos decir que en sus treinta
y nueve primeros años de la vida de Diana transcurrieron con la más completa
naturalidad y sin escándalos, permaneciendo fiel a su anciano esposo, peso a su
juventud. En esta época destacaba por
su belleza.
Durante los primeros años como
viuda, vivió en el castillo de Anet en la Normandía. Tenía treinta y un años y
fue entonces cuando comenzó a preocuparse por su aspecto físico. Dotada de una
gran energía, nunca había dejado de ejercitar su mente y su cuerpo. Tanto en
verano como en invierno se levantaba muy temprano y se bañaba con agua helada.
Su desayuno era ligero, tomando siempre una taza de caldo. A continuación
cabalgaba tres horas diarias. Al regreso tomaba una comida ligera y descansaba.
Por la tarde empezaba su vida social.
Diana regresa a la Corte francesa
en el año 1533, por invitación del rey Francisco I. Ella decidió que todos la
viesen como una viuda en duelo perpetuo. Destacaba por la belleza de su
vestimenta, diseñada para destacar su figura. Su estilo intentaba expresar más
lo mundanal que el luto y, sobre todo, destacando siempre su bellísimo cuello.
Siempre usaba prendas de seda. El
color preferido es el negro y blanco, que hacían
destacar su piel blanca y su
cabello rubio siempre sujeto con redecillas de seda blanca y adornadas por
perlas.
También empleaba frecuentemente hileras de perlas en ambos hombros que
se unían a un espectacular corsé negro con un gran escote. Solía llevar en su
estrecha cintura una cadena de plata trabajada. Sus mangas eran peculiares, muy
ajustadas en el brazo, que estallaban en sus codos con una delicada y blanca
muselina para volver a ajustarse en los puños.
El rey Francisco I ordena a Diana
que animara la vida de su hijo Enrique, que se encontraba triste y abatido. Se
le conocía a Enrique como “el bello tenebroso”. Diana a pesar del luto permitió
hacer de Enrique su galán, siguiendo la tradición medieval del amor cortes,
permitiendo el enamoramiento, pero no teniendo relaciones carnales. Diana era
veinte años mayor que Enrique.
En el año 1531, en una justa de
caballería, celebrada en los festejos por la boda del rey viudo con Eleonora de
Portugal que también era reina viuda, Diana ocupaba uno de los puestos
centrales de la tribuna. Llevaba un vestido pálido verdoso, que era su color
preferido antes de la muerte de su marido. También se encontraba la entonces
amante del rey Francisco I, Anne d’Etampes que se consideraba la más hermosa,
pero para la mayoría Diana era la bella entre las bellas.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhUeAhv0jSwbhxl1HE0si8J7ioUBkJYypoNwcxaN78IYOhjwtEYW8iCm9Mbh8saFxy1G7YgsyvarU2qU4ZsiDbdn4XRFE1ksD6vfxXWhDT-5JRFfVM8DSXF3uOWxlkbpJH1rVgf2EScxB12/s320/o-DIANE-DE-POITIERS-facebook.jpg)
Tanto el príncipe Enrique como su
hermano cabalgan juntos frente a la tribuna, y era tradición que en las justas
debían inclinar su lanza ante la dama cuyo favor deseaban y cuyos colores iban
a defender Para sorpresa de todos, el
príncipe Enrique se detiene ante Diana “la Gran Senecalesca”, entonces él tenía
doce años y ella treinta y dos, ofreciéndose a honrarla y defenderla si ella
permitía llevar su color verde y blanco. Diana
pidió al rey si quería que Enrique fuese su joven caballero, éste
encantado dio su autorización, de esta forma se inicia una relación que durara
hasta la muerte de Enrique II.
De esta forma se enamoró
profundamente de Diana. Cuando esto sucedió ya llevaba unos años casado con
Catalina de Médicis, que era conocida como “la hocico”. Cuando muere Francisco
I, Enrique accede al trono y Diana acepta la relación carnal con el rey. Esta
relación carnal empieza en el año 1538. La sensualidad, la inteligencia y la
sabiduría de Diana formaban parte de la adoración del rey hacia ella además de
su belleza física, la fuerza y la salud de ella.
Su permanencia en la Corte había
servido para pulir y mejorar su atractivo como mujer, que representaba muy
bien los ideales femeninos del
renacimiento. Diana sabía muy bien cómo usar sus encantos femeninos para la obtención
de sus deseos Su familia le había educado en saber defender sus intereses
materiales y como ampliarlos.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZbuP104_VYoaFCqmljUlOOKF0eKoIq-ZE27r_ki5vsi6YbObBZIRKDk3R3LoaMhM5RRFZe-T0pRCghH4OrABrfGmrWFC276aoqFp3qUfDAksDEc4VSq1ooa6D5rgH5qMGD0zVVZBKr5YE/s320/diane-de-poitiers.jpg)
Cuando Enrique II se casó con
Catalina de Médicis, Diana la recibió
con gran cariño, pues entendía que él lo hacía por necesidad
institucional como rey. En la ceremonia de matrimonio, Diana fue la principal dama de honor de Catalina, y en
ninguna parte de la ceremonia estaban las iniciales de esta y sí las de Diana.
Como Enrique pretendía no cumplir
sus obligaciones matrimoniales, Diana obligaba a Enrique a que cumpliera
carnalmente con Catalina. La familiaridad era total con los príncipes nacidos,
de tal forma que estos le llamaban tía a Diana.
Con la muerte de Francisco
I, como delfina Catalina, esperaba ahora
dar a luz al futuro heredero al trono. Llama la atención que Catalina no le dio
ningún hijo en sus diez primeros años de matrimonio. Muchos recomendaron al rey y al delfín
repudiarla, ya que era necesario continuar la línea sucesoria de la monarquía
francesa. Se habló de divorcio, y en su desesperación Catalina intentó todos
los medios conocidos para quedar encinta. Esto hizo que Diana interviniera
mandándole a su médico personal para que intentara que Catalina tuviera hijos.
El 19 de enero de 1544 dio a luz a un hijo, bautizado en honor al rey Francisco
I. Posteriormente, le dio hasta diez hijos.
Con la llegada al poder De
Enrique II se cambian los símbolos del poder, siendo escogidos de la
mitología,
la media luna, el arco y las flechas de la cazadora, la ambigua Delta
triangular (la D del alfabeto griego y el real ménage a trois. En su escudo de
armas Diana utilizaba el antiguo diseño de los Poitiers, una antorcha flameante
invertida con el lema “sólo el que me enciende puede apagarme”.
Enrique II llamaba a Diana Ma
dame. Le dio las tierras y las rentas que su esposo tuvo en Anet,
posteriormente le dio el castillo de Chenonceau que es una obra maestra del
Renacimiento francés y que se encuentra situado a las orillas del río Cher en
Touraine. Diana fue nombrada duquesa de Valentoise y también disfrutó de varias
casas en Paris, así como granjas y cotos de caza.
En su castillo de Anet, Diana
ofrecía las mejores jornadas de caza y por las noches magníficos banquetes con
una decoración del castillo simplemente espectacular. En este castillo
destacaba la habitación personal de Diana, con una gran cama, que actualmente
aparece cubierta de los símbolos de ella. Diana dormía siempre con grandes
almohadas que la sostenían erguida para así evitar que su rostro se arrugase.
Diana intervino activamente en la
vida política del reino apoyando al partido católico, que estaba liderado por
los Guisa, que contaron con la protección y el apoyo de Diana. Por eso, buscó
la unión con ellos a través de lazos familiares, pues su dos hijas se casaron
con príncipes de los Guisa. Con la llegada al poder de Enrique II, el papel y
el peso político de Diana aumentó espectacularmente, convirtiéndose en la
persona más poderosa del reino. Se decía que solamente Isabel I de Inglaterra
tenía más poder y riqueza.
Diana, aunque mayor, seguía
disponiendo de una piel blanca y diáfana muy llamativa. Hay abundantes
historias sobre los secretos de su belleza, desde que se bañaba en polvo de oro
o en leche de animales preñados, que bebía caldos en los que ponía oro potable,
así como pociones mágicas.
La realidad es que Diana se
lavaba todos los días, práctica nada habitual en la época y que el agua que
utilizaba para sus baños era agua de pozo o de lluvia. Siempre practicaba la
equitación de forma diaria y comía muchísima fruta y verduras.
El 22 de de junio de 1559 se
celebra en Notre Dame de París la boda por poderes entre Isabel de
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjw1Vv3afqWUUpYb3sPAVfj_uRqTjZZcLY7_WOc2pkm50IG9Njnu0oAw-tPPez-KVIVmWazuhE8bsHl8Ei_1HJ8scsKcf6kzhnrspWmpW4OpzMbT340K2Iya7DGa4Ba70PDUNu2lkufq6W4/s320/diana+y+catalina.jpg)
Valois (que
tenía trece años y era hija de Catalina de Médicis) y Felipe II rey de España
que tenía treinta y uno, estando representado en la boda por el duque de Alba.
Dicho acontecimiento se celebra por todo lo alto y entre ellos se produce un
torneo de justas. Esta justa se celebra el 30 de junio y Enrique II vestía de
blanco y negro, los colores de Diana. En
dicha justa, el rey resulta herido grave, atravesándole varias esquirlas de
madera en su ojo derecho. Los médicos
se dan cuenta rápidamente de la gravedad de la herida y lo intentan sanar entre
otros el cirujano Ambroise Paré, considerado padre de la cirugía moderna.
Cuando se entera Felipe II le manda su médico personal para ofrecer su ayuda.
Sin embargo, nada se puede hacer por él y muere diez días después. En la agonía
de Enrique II, Catalina prohíbe a Diana acercarse a la cámara real de Enrique
II. En esos días Diana permanece recluida en su casa.
Cuando fallece Enrique II Diana
sabe que sus días de gloria habían terminado, e inmediatamente se apresura a
devolver a Catalina todas las joyas que eran propiedad de la Corona, junto a un
extenso inventario de propiedades. Temiendo por su vida, Diana escribió una
carta al rey, en la que le solicitaba perdón regio por los errores que hubiera
podido cometer en el pasado y que le ofrendaba su vida y sus bienes.Inmediatamente
Catalina le quito el castillo de Chenenceau y pasó a vivir en él, mientras que
Diana regreso al antiguo castillo de Anet.
Diana muere en Anet en 1566
cuando tenía 67 años, recibiendo sepultura en la capilla del castillo. Siempre hubo dudas sobre si Diana murió
envenenada. La realidad muestra que no, como aparece en la publicación de la
revista “British Medical Journal”. Según sus contemporáneos era práctica
habitual en Diana la toma de oro disuelto en sus bebidas, como un elixir de
juventud.
En los análisis de su cabello se
encontraron grandes concentraciones de oro en los residuos de tejido y cabello.
Según dicho informe una concentración de oro tan alta como la hallada podría
corresponder a un síndrome de intoxicación crónica que podría provocar
anorexia, náuseas, empobrecimiento del cabello, diarreas y una anemia que
podría explicar la tez particularmente blanca de Diana.
Ella solía beber el mineral
disuelto, pues se decía que era el elixir de la juventud. En aquella época, el
famoso alquimista, Roger Bacon escribió sobre cómo el oro disuelto en agua
regia (una solución para disolver el mineral), daba como resultado la pócima de
la vida eterna. Por otro lado, en la antigua China se decía que el oro era el
secreto de la longevidad y se pensaba lo mismo del jade, el cinabrio y la
hematita. Lo que es recomendable es comer pequeñas cantidades de oro en polvo
que ya no contiene mercurio ni otros químicos.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWo9kIgcY10aWnPGca42HAO4WnjmsNPJh1Ubs94xaE65_RMBFu2GuMysiMkvMgYiGsPmP8uDUPRGPsXySWYYCZTpNnyjLjTp_v7WrwzYY8-2xH0c44KyFfr_vtpL5zkNM1QV_GKXc0HFp1/s1600/diane1-1-300.JPG)
El oro es el mineral más noble
que existe en el universo, por ende tiene grandes
curativas,
medicinales y de fortalecimiento del cuerpo. Los grandes Lamas del Tibet comen oro
en polvo en pequeñas cantidades y cada cierto tiempo para mantener la
longevidad en las mejores condiciones físicas e intelectuales. La misma tierra
sufrió la invasión de los Anunnakis que necesitaban extraer grandes cantidades
de oro para mejorar su sistema atmosférico
y así mantener la vida en su planeta
Duku, que órbita cerca de la estrella Maia, en la constelación de las Pléyades.
propiedades.
Curiosa la vida de Diana
personaje de gran calado en la historia de Francia, dejando un rastro muy
importante en muchos aspectos de la vida.